Dos cuentos de Rolando Arco

Enver sintió el orgullo y la felicidad de entrar al Edén de su imaginación, a la cuna histórica de los pueblos turcos, y absorbió con la vista los kilómetros de altas murallas almenadas que simbolizaban el poder y la fuerza del pasado musulmán. Prefirió ignorar las secciones destruidas por los cañones del asalto bolchevique.

Juan de Dios Sánchez Jurado: El Salto de las cabronas

“La cabeza que mueve el cuerpo que ara la tierra que la siembra que la cosecha pa que otro se enriquezca pero no más no más no más de hoy en delante y hasta más que para siempre saltamos cabronas pa reclamar la sal que nos merece. El saquito de sabor que vinieron a robarnos como siempre esos que quieren ser dueños de su tierra y de la tierra extranjera al sur y al otro lado del charco y de lo que de esa brota las cumbres las cumbres que brotan de la tierra la Popa nosotras sus borrascosas cimarronescas”.