Deja de mirar el catálogo de Avón de tu madre / y los anuncios de Sears con hombres en calzoncillos./ Que te he visto…/ No se te ocurra meterte en sus fiestas de Tupperware / ni te pongas sus perfumes. Ni dejes que te besuquee./ Ella te besuquea demasiado./ No andes abrazando a los hombres/ Pero si no te queda/ más remedio,/ dales una buena palmada/ en la espalda,/ aunque sea tu padre.
Describe con detalle las hebras del puré, que ahora no soporta: “Son como unos gusanitos muy duros que acaban de salir de la tierra”. La que escribe ha repasado tanto esa escena, la ha relatado de tantas formas distintas para incluirla en algún lugar de su libro (…)