Dos cuentos de Rolando Arco

Enver sintió el orgullo y la felicidad de entrar al Edén de su imaginación, a la cuna histórica de los pueblos turcos, y absorbió con la vista los kilómetros de altas murallas almenadas que simbolizaban el poder y la fuerza del pasado musulmán. Prefirió ignorar las secciones destruidas por los cañones del asalto bolchevique.

Poemas del poeta inaugural Richard Blanco

Deja de mirar el catálogo de Avón de tu madre / y los anuncios de Sears con hombres en calzoncillos./ Que te he visto…/ No se te ocurra meterte en sus fiestas de Tupperware / ni te pongas sus perfumes. Ni dejes que te besuquee./ Ella te besuquea demasiado./ No andes abrazando a los hombres/ Pero si no te queda/ más remedio,/ dales una buena palmada/ en la espalda,/ aunque sea tu padre.