Plaza: Antes que todo, queremos agradecerte la participación en esta revista editada por los estudiantes del doctorado en Literatura y Estudios Culturales de la Universidad de Georgetown. También, señalar que diversas personas ayudaron en la formulación de las siguientes preguntas como un ejercicio colaborativo de pensamiento, que es la idea que entendemos por “Plaza Pública”.
La relación compleja entre el arte y el discurso político ha modificado el activismo (Black Out Tuesday en Instagram, por ejemplo). ¿De qué formas puede el arte contribuir eficazmente al cambio social? ¿Hay maneras de hacer campaña sin activismo visual hoy en día?
Phelan: Las cámaras han dado un vuelco a la política, y los recientes avances en la retransmisión de vídeo en directo han sido particularmente transformadores. Desde la policía que usa cámaras corporales ligeras de alta definición hasta ciudadanos que capturan vídeos de todo tipo de interacciones a través de teléfonos celulares, vivimos cada vez más en un mundo centrado en el vídeo. Las acciones políticas diseñadas para resistir lo visual tienden a pasar desapercibidas, pero sigo pensando que son muy poderosas, de hecho, tal vez incluso más poderosas en virtud de que ocurren fuera de la lente. Algunas veces creo que el aumento de popularidad de los Podcasts proviene de nuestro agotamiento con lo visual. El arte sonoro ha sido fantástico para responder al cambio climático y artistas como Bernie Krause están haciendo un trabajo político acústicamente fenomenal.
Vale la pena enfatizar, sin embargo, que hay distinciones importantes entre una acción (una performance en particular) que es artísticamente poderosa y una acción que es políticamente eficaz. Esta distinción es algunas veces borrosa, especialmente en el mundo del arte actual.
Creo que los artistas han hecho un buen trabajo para recordarse a sí mismos que cada acción tiene objetivos y fines distintos. En este momento, el arte eficaz con carga política está en ascenso -¡por razones excelentes!- pero no creo que esto sea el único objetivo del arte contemporáneo.
Plaza: La selfie se ha convertido no solo en un poderoso símbolo de la fotografía de género, sino también en la encarnación de un acto performativo que se involucra en el debate sobre si fotografiarse a sí mismo es un gesto narcisista o una acción de empoderamiento. ¿Cómo se incorpora la selfie a la dinámica de la mirada sujeto-objeto? ¿Cómo exploramos el feminismo a través del selfie?
Phelan: Para mí, el mayor logro de la tecnología que permite la circulación casi instantánea de selfies es la expansión radical resultante de la categoría estética de ‘belleza humana’. Antes de la selfie, la publicidad, la cultura popular y la industria cinematográfica promovían y circulaban un concepto limitado de la belleza humana -principalmente blanca, principalmente joven, principalmente femenina-. La ubicuidad de la selfie expuso esa estrechez sofocante.
La teoría feminista, especialmente obras dedicadas a la mirada masculina, ayudó a poner de manifiesto la necesidad y los beneficios de desmantelar ese estrecho repertorio de imágenes. Pero el pensamiento feminista también nos recuerda que las mujeres son mucho más que su imagen física. Celebrar o ridiculizar la selfie continúa perpetuando el concepto patriarcal de que la mujer es “aquello dado para ser visto”. Por lo tanto, aunque aplaudo la importancia genuina de expandir el rango de la belleza humana, no creo que este logro deba engañarnos, haciéndonos así creer que estamos en medio de una revolución feminista.
Plaza: ¿Ha cambiado el significado de la performatividad con el auge de las redes sociales y su creciente popularidad, especialmente entre los jóvenes que aspiran a ser “influencers” o “Youtubers”? ¿Ha identificado algún patrón que implique la puesta en escena o la presentación de una performance en la fotografía de redes sociales?
Phelan: La tecnología de los teléfonos móviles y las plataformas producidas para que sigamos comprándolos permiten que muchos seres humanos, que pueden permitirse poseerlos y acceder a ellos, se conviertan en creadores, productores y difusores de su propio trabajo. Esto, a la vez, elimina a muchos “reguladores”. Una consecuencia de este aumento en la creación, sin embargo, es que es difícil de clasificar. No es sorprendente que esto signifique que los nuevos curadores de este contenido abrumador y desigual sean útiles. Uno quiere puntos de referencia, por supuesto. Si bien Hype House y similares pueden desaparecer, creo que la industria de influencers continuará existiendo y tomará nuevas formas en el futuro inmediato.
La invención de la fotografía la impulsó a convertirse en la forma de arte más potente, aunque solo sea porque más personas que verán fotografías de pinturas, esculturas, acciones y pirámides, luego verán los originales. La historia y el futuro de las artes escénicas están vinculadas a la fotografía y las tecnologías de desarrollo y circulación que se le atribuyen, incluidos los medios impresos y digitales. Por estas razones, creo que la performance efectiva anticipa su futuro y pasado fotográfico. Por ejemplo, admiré un trabajo realizado en Rabat, Marruecos, como homenaje a los refugiados sirios que se estaban ahogando en el mar Mediterráneo hace unos cinco años. Se inspiró en la fotografía de Nilüfer Demir de Alyn Kurdi, el niño que se ahogó junto a su madre y su hermano en 2015, al intentar cruzar de Turquía a Grecia por mar (ver más)
Encontré la performance efectiva en parte porque la mayoría de las personas que participaron se sintieron conmovidas por la fotografía y se sintieron inspiradas para actuar. Participaron una treintena de personas no profesionales que vestían ropa similar a la del joven. Pero sus cuerpos eran, por supuesto, mucho más grandes que los del niño. Entonces, aunque se llamó una “recreación” de la fotografía de Demir, en realidad era un trabajo completamente nuevo. Visualmente, esos treinta cuerpos imitaban una especie de piedra que se deslizaba por el agua, recordándonos las crestas y las redes del poder de la fotografía. La performance se basó en una fotografía y fue concebida para ser fotografiada (los periodistas fueron alertados de la acción). Pero requería la amplificación de performers en vivo que no eran en absoluto el niño muerto.
También me gustó la performance porque parecía hacer eco de algunos aspectos de Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. Para el viajero y el refugiado, la búsqueda del hogar es larga y ardua. Lo que distinguió este tributo marroquí de los otros memes y recreaciones de la fotografía de Alyn Kurdi de Demir fue precisamente la forma y la espontaneidad de treinta personas vivas dispuestas a tumbarse juntas boca abajo en la arena de una playa, al mismo tiempo que permanecían en el anonimato en su mayoría. Ellos no intentaban avanzar en sus carreras ni explotar la muerte de un niño. Querían que más gente lo viera. E inspirar una atención más urgente a la crisis de refugiados en general (ver más)
Plaza: Han pasado casi 30 años desde la publicación de “White Men and Pregnancy”, y se puede argumentar que la extrema derecha es más fuerte que nunca. ¿Hasta qué punto se puede atribuir su éxito a estrategias performativas como “Operation Rescue” y de qué modo el movimiento “Anti-Elección” cambió su propia percepción y performances a lo largo de los años?
Phelan: Es difícil e imprudente separar la performance de cualquier movimiento político actual. El movimiento “Anti-Elección” se basa en una variedad de técnicas de performance para transmitir su mensaje. “Operación Rescate” dramatizó el escenario de un feto que habla y pide ser salvado. Era obviamente absurdo, pero tuvo un impacto emocional. Entre otras cosas, demostró, una vez más, cuán moldeada está la realidad por el lenguaje. Desde entonces, los grupos antiaborto han tenido mucho éxito en controlar los términos retóricos del debate legal. Estas declaraciones públicas son performativas. Hasta hace poco, “provida” tenía más fuerza moral que “pro-elección”. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 puede inclinar un poco esta jerarquía retórica. Muchos anti-mascarillas y Covid-negacionistas en los Estados Unidos argumentaron que la “elección” era más importante que la vida y la salud. Entonces, tal vez algo del lenguaje del aborto de la derecha cambie nuevamente en el futuro cercano.
Plaza: A medida que contemplamos una revocación de Roe vs. Wade, debemos preguntarnos por qué no se ha logrado de manera sostenible el acceso al aborto legal en los Estados Unidos. ¿Por qué cree usted que Roe fracasó y en qué medida cree que las protestas performativas y la percepción del movimiento “Anti-Elección” impulsaron su revocación?
Phelan: Roe v. Wade sigue siendo la ley del país aquí. Estoy de acuerdo con que la Corte Suprema tiene el poder de revocarla. La muerte de Ginsburg y el nombramiento de Kavanaugh y Comey-Barrett ponen en riesgo la resolución. Pero no creo que sea seguro que se derogue la ley. Decisiones internacionales recientes, como la de Argentina la semana pasada, también recuerdan a todos cuán vital es realmente el derecho a elegir.
Roe v. Wade se basó en el derecho a la privacidad. Este derecho no figura en la Constitución ni en la Declaración de derechos. Además, a medida que las personas parecen cada vez más cómodas con las invasiones de privacidad de las redes sociales y el mundo digital en general, la privacidad se convierte en una balsa más delgada para sustentar argumentos legales.
Plaza: Algunos críticos pro-elección de Roe están en desacuerdo con que gran parte de la opinión se centre en el proveedor del aborto y en su capacidad de cuidar al paciente. Ellos argumentarían que habría sido preferible dejar el derecho al aborto como un derecho de autonomía corporal para la persona embarazada y el aborto mismo como una decisión que solo ellos pueden tomar. ¿Comparte esta opinión de Roe? ¿Estaría de acuerdo que, en cierto sentido, esta opinión solo gira para favorecer a los hombres y sus necesidades?
Phelan: Bueno, estoy un poco en desacuerdo con la premisa de la pregunta. Los activistas antiaborto se han centrado en restringir la disponibilidad del aborto mediante la creación de leyes que coartan la capacidad de los proveedores de servicios de aborto para realizar el procedimiento médico (el médico debe tener privilegios de admisión en hospitales específicos y similares). Todas estas decisiones legales son después de la Roe. En junio de 2020, uno de ellos fue anulado por la Corte Suprema (ver más con June Medical Services vs. Russo).
En mi opinión, los adultos deberían tener plena autoridad sobre sus decisiones reproductivas. Esto es un derecho humano fundamental, que también se aplica a todos los adultos, independientemente de su género o identidad sexual. Sin embargo, cuando una pareja no está de acuerdo sobre si un embarazo debe llevarse a término o no, la persona embarazada toma la decisión final. A medida que nos acercamos a un mundo biopolítico en el que un gran rango de géneros (y máquinas) pueden gestar, creo que es hora de crear prácticas que mejoren, en lugar de reducir, las opciones reproductivas para todos los adultos.
Entrevistadores: Anna Reed, Alexandra Mira, Maude Havenne, Aned Ladino, Natalia Chavez, César Salgado, Fernanda Martínez, Nelcy Ávila, Montserrat García Rodenas.
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