
De caballo y arveja (Severo Editorial, Quito, 2021)
Fuiste la última en nacer de tu camadaIluminada
Hueles lo que nadie en el prado huele
Sueñas que tu alimento tarda en llegar
Te tragas los monosílabos
Niña abeja
Corriente en el espinazo
Vapor en los vidrios rotos
Te abrazo y descargo el llanto del pasado y de los siglos venideros
Te aprieto y tu esqueleto se clava en el vientre
Te amarco y pesas lo que pesa el espíritu de un hada perdida
Haces encargos cuando lloras
Miras cuando me miras
Niña arveja
Pálido reflejo del viento en almidón de camisa
Ven a salvarme de la lluvia de amapolas
Solo tú entiendes cómo lidiar con los trapos enmohecidos
Guerrera de las medias
De las esquinas de los muebles
Doncella de la angosta tráquea
Te tragaste páginas en las noches solitarias
Mataste una planta salvaje y alegre
Escogiste tu color a la hora en que el viento desintegra la lluvia
Eres su amuleto y su manojo de nervios
A qué saben las orejas de mi perro
Háblame del sabor de sus ojos
Del bigote austero de tu hermano
Qué mira Roque antes de que el mundo sucumba
En el desencuentro eléctrico de Pi y Pa
Es Roque roca en su convulsión de vía láctea
Por qué lo buscas en cuanto sus patas lo llevan
Por parajes incendiados en el bosque de la epilepsia
Del hipo
Del epílogo
Del guepardo
Pequeña amante de los insectos que no vuelan
Nombre de rezo encorsetado
Nombre de espátula enmascarada
Sin que nos demos cuenta
Todo lo recoges
Todo lo guardas en tu recóndita cueva de terciopelo
Te acuestas a mi lado
Y posas tu hocico en mi clavícula
Te duermes segura de que soy mineral incrustado en una roca
La que labra tus caminos
La que vigila tu sueño
Con desovados animales
Y te protege de las incursiones aéreas
De bichos ardientes
De aglutinado sopor
De odioso contagio
De Guayaquil (Prefectura de Pichincha, Quito, 2019)
Sudor
Siempre he querido ver cómo brota el sudor de tus porosMe interesa menos su recorrido sobre tu piel
Éste es circunstancial
Aquello es de vida o muerte
He observado con detenimiento tus radiografías
Tus tomografías
Tus resonancias
He dado con la casi imperceptible desviación de tu columna
He concluido que tus órganos son pequeños
Durante días repetí el gesto de medir el tamaño del hematoma
Observé el cambio de color
Anoté el tiempo que toma pasar del verde al morado
Del morado al negro
Del negro al color de tu piel
Mirar hacia dentro como si no fueses tú
Me parece bastante ridículo
Tengo que familiarizarme con tus venas
Con tus nervios
Con las capas subcutáneas
He visto una y otra vez en video tus pólipos
Los he contado
Los reconozco
Son mis hermanos
He imaginado la intervención en tu útero
De aquello no quedan registros
Por eso me vuelvo un poco loca
Me desespero
Y en esas circunstancias prefiero no tener nada al alcance de las manos
He mirado tantas veces tu sangre
Conservé en el carro por más de un año
El sombrero y el chal que llevabas
El día del accidente de caballo
Verlos me recordaba que no soportaría tu muerte
Imagino el estado de tu cerebro entonces
Camino del hospital
Te pedía que no te durmieras
Conversaba contigo para mantenerte despierta
Hacías preguntas que me llenaban de terror
Preguntas simples que me llenaban de terror
He revisado tus medicinas
Memorizado sus componentes
Sus efectos secundarios
Te he visto sonrojarte efecto de la alegría y de la vergüenza
He apoyado mi cabeza en tu vientre
Reconozco todos los lenguajes de tu cuerpo
Puedes preguntarme cualquier cosa
Te responderé presto
Porque soy la lama que crece en los bordes de tus piernas
De Animal (La caída, Cuenca, 2017)
Materialidad
al cachorro
Parece que sólo así
sus músculos
se acostumbran al aire
y sus formas
dejan de ser arbitrarias
a los adultos
que se acercan a olfatearlo
o quieren tomarlo
en brazos
Nada nuevo hay
bajo el sol
a otras crías sus manazas
porque puede que la muerte
me someta
en el instante en que
mis ojos cierre
Tantas otras madres
recién paridas
reventadas de tanto abrirse
a la existencia
mueren cazadas
por la noche
aun cuando en el sueño
todo aparentara
ser apacible
y la vida
eterna